¿Ves? Ahora por tu culpa no puedo dejar de mirar el cabecero de la cama y las puertas del armario. Maldición IKEA que lo llaman.
¿Ves? Ahora por tu culpa no puedo dejar de mirar el cabecero de la cama y las puertas del armario. Maldición IKEA que lo llaman.
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