Estás en tu butaca de cine y piensas ... bueno está claro que no es El Mandarín de los comics, los anillos de poder son sólo un adorno, pero bueno, al final busca el mismo objetivo que el original: destrozar a Iron Man y a todos los orgullosos norteamericanos ... me vale.
Pero no, el bueno de Shane Black (ya me lo temía yo hace tres meses) vuela por los aires la Némesis de Tony Stark. Es como si en la película del Capi, Cráneo Rojo fuese un vendedor de la teletienda o el Joker un frutero del Alcampo. No tiene sentido y no entiendo que aporta a la película.
Pero aun así te repones, retienes tus ganas de quemarlo todo y piensas ... es Iron Man, no sale muchos minutos, pero sigue siendo Iron Man.
Sales del cine (tras aguantar cinco minutos de letras para ver la escena final más intrascendente de todas las películas Marvel hasta la fecha) preguntándote por qué han hecho lo que han hecho, pero oye ... está entretenida.
Conclusión: Película irregular que incluye partes bastante interesantes con "licencias artísticas" de los guionistas que es para que los metan una temporadita a la sombra (y con electrodos en algunas partes que yo me se)
Posdata: Ah y sale Iron Patriot y ... ¿a quién le importa?
Parece mentira, yo la vi también el mismo día que tú. Y ya sé lo que pasa con el Mandarín. Como Christopher Nolan nos la metió mdoblada con ese "¿Acaso no es Ra's Al Ghoul inmortal?", Jon Favreau pensó "Ey, hagamos algo parecido,que el villano que hemos promocionado como villano en realidad no sea el villano, sólo un títere del villano, Nolan tuvo a Ken Watanabe, gastémonos el dinero que no le pagamos a Downey JR en contratar a Ben Kingsley, todos fliparán cuando Ben deje de ser terrorífico y se vuelva patético... Jajajajaja, qué maquiavélico soy!!!!"
ResponderEliminarLástima que a Nolan le saliese bien y en Iron Man 3 nos entre la risa tonta, cuando no te consume la ira. Al menos Guy Pierce se convierte en un villano (inspirado de lejos en el clásico Fundidor") que da juego en la escena final, salvo por ese factor curativo que ya quisiera Lobezno.
De Superpeper mejor no hablamos.